Aquí les comparto un excelente escrito de una de mis colaboradoras psicólogas, espero que le puedan sacar mucho provecho. Ya tengo varias colaboradoras de las cuales compartiré en mi blog sus escritos. Aprendamos!
Por Jeanette Slagt, Psicologa Educativa y de Desarrollo humano.
Directora de EDAP –Espacio de
Acompañamiento Psicoeducativo.-
Algunas veces a los padres les preocupa si
su hijo se está comportando dentro de los parámetros normales o si su conducta
se debe a algo más serio. Algunas veces
los padres se acostumbran a la mala conducta de sus hijos considerándolo
normal. En ocasiones se hace difícil saber cuando la conducta del niño es
apropiada en comparación con otros niños de la misma edad.
Cuando la conducta se convierte en un
problema.
Los niños no son robots. A medida que crecen y aprenden, trataran de
probar los límites. Romperán las reglas
de la casa tratando de tener una reacción de los padres. Si reciben una consecuencia negativa, evitará
que la conducta se vuelva a repetir.
Los problemas de conductas severos incluyen
conducta agresiva (salvo la conducta ocasional de pegar y patear en el
preescolar), desafíos y desobediencias extremas, falta de respuesta a la
disciplina. Cualquier forma de autolesión o intento de lastimar a otros deben
ser considerados como problemas conductuales serios. Los padres que están
preocupados por conductas sexuales, deben investigar la diferencia entre el
desarrollo de la conducta sexual normal
y una anormal. La conducta sexual bajo ningún concepto debe ser coercitiva.
En ocasiones las conductas menos serias
pueden convertirse en un problema si interfiere con la vida diaria del niño,
tanto social como académicamente. Por ejemplo, un niño de 9 años es
irrespetuoso en clase a tal punto que tengan que sacarlo del aula con tanta
frecuencia, que interfiere con su rendimiento académico, tiene un problema de
conducta. O, si cada vez que lleva a su niño de 6 años a una tienda ocasiona
que este se porte mal, también es un problema de conducta. Si el comportamiento de su hijo parece ser la
causante de los problemas habituales, entonces lo que él tiene es un problema
conductual que necesita atención inmediata.
¿Qué hacer con los problemas conductuales?
Si su niño tiene problemas de conducta, una
buena línea de defensa es evaluar sus estrategias de disciplina. Busque formas de disciplinas que sean más
efectivas. También trate de modificar algunas de sus técnicas de disciplinas.
Por ejemplo, Si ha estado castigando a su hijo por no hacer sus tareas, trate
de utilizar consecuencias positivas que lo motiven a realizar sus trabajos.
Hay momentos en que necesitará buscar la
ayuda de un profesional para los problemas de conducta. Esto es especialmente
importante en el caso de que su estrategia de disciplina no esté funcionando o
que se preocupe por la severidad de la conducta de su hijo.
Veamos algunas de las conductas dentro de
los parámetros normales de acuerdo a la edad:
Preescolares (4 a 5 años).
A medida que el preescolar adquiera más
independencia, es normal que discuta y traten de ejercer su derecho a decir
“no”, cuando le dicen que recoja sus juguetes, o que deje de golpear con fuerza
el piso. Los preescolares también suelen alternar entre exigir que es un niño
grande que se puede vestir solo y exigir ayuda porque no puede recoger sus
propios juguetes.
Un niño en edad preescolar todavía puede
mostrar rabietas ocasionales, aunque van teniendo y deben tener más control
sobre sus emociones y comportamientos comparado a cuando era más pequeño. En esta etapa las rabietas deben ser más
cortas y menos intensas. Además, pueden
mostrar ocasionalmente conductas agresivas, pero deben aprender a utilizar más
sus palabras.
La técnica de tiempo fuera es de gran
utilidad para niños en edad preescolar debido a que a esta edad ellos anhelan
atención y sacarlos de la situación puede ser una consecuencia importante.
Ignorar un mal comportamiento leve es
otra estrategia de disciplina para el preescolar.
Niños en edades de 6 a 9 años
A estas edades los niños adquieren más
responsabilidades, por lo que a menudo quieren más libertad de las que pueden
manejar. Por lo general necesitan una gran cantidad de ayuda y orientación a la
hora de hacer sus deberes, completar sus tareas y el cuidado de su
higiene. Es normal que a esta edad
tengan problemas de autodisciplina.
En esta etapa a menudo necesita mucha
orientación sobre cómo manejar la frustración.
A medida que comienzan a resolver sus problemas por sí mismos y probar
nuevas actividades, pueden tener dificultades al no ser el mejor o fracasar
completando sus tareas.
Los niños a estas edades suelen responder
bien a los sistemas de recompensas que
le permitan ganar premios si se comportan de manera responsable. Recompensar la
buena conducta le da la oportunidad de practicar la toma de decisiones
saludables.
Preadolescentes (10 a 12 años)
Cuando los niños alcanzan la
preadolescencia, su independencia se observa a menudo a través de su “actitud”
hacia sus padres. Es normal que el preadolescente se oponga y discuta
ligeramente cuando empiezan a tratar a separarse de sus padres.
Los preadolescentes a menudo tienen
dificultades con las habilidades sociales y pueden reportar frecuentes
desacuerdos entre amigos. Es normal también que sean impulsivos y necesitan
orientación para que aprendan a pensar antes
de actuar o hablar. Además, tienen dificultad para mirar las consecuencias a
largo plazo de sus comportamientos.
A esta edad aún necesitan recibir mucha
atención positiva por parte de los padres a fin de ayudarles a desarrollar una
autoestima saludable durante estos años difíciles. Por lo general se benefician
de los sistemas de recompensa, en particular un sistema de economía de fichas,
la cual puede reducir las luchas de poder y dan al preadolescente un incentivo
extra para comportarse de manera responsable.
Adolescentes (13 años en adelante)
El adolescente le gusta pensar que ya es
adulto, pero todavía necesita de mucha ayuda (especialmente los más jóvenes)
cuando se trata de tomar decisiones saludables. A esta edad aun tienen
dificultades para controlar sus impulsos y luchan por determinar quiénes son
realmente como individuos. No es raro que cambien de grupos sociales o cambien
su peinado o estilo de ropas a medida que tratan de establecerse como
individuos.
Los adolescentes deberían tener más
autodisciplina a la hora de hacer deberes o sacar tiempo para hacer las tareas.
Todavía puede ser bastante temperamental y un poco de desafío e incumplimiento
es normal. Un poco de rebelión es normal en la medida que el adolescente quiere
mostrar a sus padres que tiene control sobre su propia vida.
Los adolescentes más jóvenes se pueden
beneficiar de los sistemas de economía de fichas y deben perder privilegios por
mala conducta. La resolución de conflictos es a menudo una forma muy efectiva
de hacer frente a la mala conducta en los adolescentes. Y aunque los
adolescentes mayores pueden rechazar cualquier intento de disciplina, todavía
hay algunos métodos de disciplina eficaces para los adolescentes mayores.
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